Poema
...Si puedes ser amante y no estar loco de amor;
si consigues ser fuerte, sin dejar de ser tierno,
y a todos tus amigos amar como un hermano,
sin que ninguno te absorba.
Si sabes meditar, observar y conocer,
sin llegar nunca a destructor o escéptico;
y soñar, sin que el sueño te domine;
y pensar, sin ser sólo un pensador.
... Entonces, los reyes, los dioses, la suerte y la victoria
serán ya para siempre tus sumisos esclavos,
y, lo que vale más que la gloria y los reyes:
¡serás hombre, hijo mío!
Rudyard Kipling
PARTE A:
¿Qué es ser adolescente hoy? ¿Cuáles son las incertidumbres que viven los sujetos adolescentes en la actual cultura? ¿Cuáles son las pérdidas de las que adolece el adolescente actual?
En su tesis doctoral Discrepancia entre padres e hijos en la percepción del funcionamiento familiar y desarrollo de la autonomía adolescente, Paloma Alonso Struyck nos presenta la adolescencia actual con diferentes “imágenes” complementarias clasificadas según el marco teórico del Paradigma Contextual-Evolutivo, que clasifica las distintas visiones bajo tres perspectivas:
ü Lógica de transiciones, desde la que se contempla la adolescencia como un periodo del ciclo vital, agrupando estas “instantáneas”:
Ø Puente, túnel: periodo de transición entrando en el túnel siendo niño y saliendo siendo adulto.
Ø Edad de oro: omnipresente en la sociedad actual. Se disfrutan los derechos de la adultez sin arrastrar los deberes.
Ø Periodo de ambivalencia: por ejemplo, la familia se enorgullece de la autonomía de los hijos, pero al mismo tiempo teme las consecuencias de dicha autonomía.
Ø Abismo generacional: entre padres e hijos, aunque prevalecen las relaciones positivas.
ü El prisma contextual detalla los contenidos describiendo en lenguaje escénico los espacios adolescentes:
Ø Palestra: donde se prueban nuevas posibilidades.
Ø Laboratorio natural: para observar las modificaciones biológicas, psicológicas y sociales.
Ø Momento de distorsiones: Se aceleran los ritmos biológicos y psicológicos y se agranda el espacio interior.
Ø Síndrome de la inadaptación: provocado por las estructuras sociales de explosión demográfica, precariedad laboral, industria de consumo, etc.
ü El prisma experiencial nos da las siguientes visiones:
Ø Diversidad de tareas evolutivas, que se deben superar, dando lugar a momentos de turbulencia y otros de serenidad.
Ø Periodo de incertidumbre e indefinición, donde las acciones “rebeldes” se realizan como defensa hacia su confusión de identidad.
Ø Vulnerabilidad, debida a la extrema sensibilidad.
Ø Puzzle en el que acaban de encajar los ámbitos cognitivos, afectivos y sociales.
La imagen, según la autora, que sintetiza todo esto en una visión “panorámica” de la adolescencia es la del barro moldeado por las manos del alfarero, donde la arcilla es el joven que será sometido a fuerzas internas y externas que moldearán al emergente adulto.
Otra definición sobre la adolescencia la podemos obtener en el vídeo “Sobrevivir a la adolescencia” del programa televisivo Punto de Vista, donde Aquilino Polaino Lorente, catedrático en Psicopatología en la Universidad Complutense de Madrid, es entrevistado: http://video.google.com/videoplay?docid=4846273920274877422#
Este señor nos cuenta que la adolescencia es una crisis vital por la que pasa un ser humano y que sirve para crecer, cuyas características son muchos cambios en el aspecto biológico y psicológico; es la etapa de transición entre la infancia y la adultez, que comienza a los 12 ó 13 años y se extiende hasta los 18 años. En el aspecto biológico el cambio es más claro, pero en el psicológico es más complicado: cambian las funciones psíquicas, el descubrimiento de la corporalidad, el cuestionamiento sobre esa corporalidad, sobre la estética, la socialización, las capacidades cognitivas (los pensamientos tienden a ser más serios); como fenómeno nuevo aparece la disponibilidad para entregar el propio cuerpo al otro; por todo lo cual existe un “rompe-cabezas” adolescente, el nivel intelectual es ya muy alto, pero las experiencias en la vida son escasas, lo que provoca un gran desfase entre ambos que debe ser solventado; se pasan momentos de gran sufrimiento y momentos de euforia, altibajos considerados normales, pero necesitan que se les proporcione estabilidad para que sean lo menos bruscos posible (aquí aparece la figura parental), aunque caracteriza la crisis que es uno mismo quien debe superarla, lo que genera sentimiento de soledad.
Esta crisis se puede resolver con buena fortuna si se superan los límites, si uno se hace a sí mismo, si se madura, obteniendo la libertad y las herramientas para manejarla, lo que da el crecimiento de la persona. Si no se resuelve, hay sectores del ser humano que se quebrantan, produciendo residuos que provocan resentimiento durante toda la vida; en este caso “se mengua”; para que esto no ocurra – que no es lo habitual-, es fundamental el apoyo de los padres y madres, pero muchos temen la adolescencia y entran también en crisis, no saben afrontarla porque desconocen lo que es, además no prevén su llegada, por lo que no comprenden los cambios en los comportamientos y actitudes de los hijos e hijas, respondiéndoles de forma reactiva, lo que provoca que comiencen los conflictos; los adolescentes notan este desconcierto en los padres, sintiéndose incomprendidos, pierden su identidad personal.
La niñez se vive con seguridad, con confianza en los padres/madres. Al llegar a la adolescencia, se percata de que ya no los necesita tanto, siguen siendo modelos con los que se compara y a los que observa, comprobando que no son tan poderosos como pensaban, lo que crea fragilidad nuevamente en la identidad del muchacho/a. Puede valerse por sí mismo/a, puede elegir, tomar decisiones, por lo que descubre la libertad, pero a cambio, pierde esa seguridad por la falta de experiencia en la vida, pues no sabe cuál es la decisión adecuada que debe tomar, no sabe qué elección debe hacer, no sabe lo que quiere. Esto es normal, los padres deben comprenderlo y ser conscientes de que a lo largo de toda la vida puede haber momentos de inseguridad, sin embargo, el adolescente aún no lo sabe y sus expectativas sobre sí mismo son negativas, debe aprender que la libertad no es sino conducir la vida hacia su propio estilo y que es eso lo tiene que elegir uno mismo. En búsqueda de la seguridad, el adolescente necesita vivir multitud de experiencias, lo que le provoca inquietud, le asaltan dudas, que se resolverán más fácilmente con la ayuda de una figura parental firme, que le dé confianza y con quien exista una buena comunicación; si no hay una comunicación adecuada se genera desconfianza, lo que generalmente producen los padres y madres. Deben promover el diálogo con los hijos, todos los adultos, no sólo los progenitores, esto hace que los adolescentes se sientan respetados, motivados, importantes; esto también se logra en la familia, dando responsabilidades a los hijos de acuerdo a su edad; las conversaciones también deben adecuarse a su edad, también es positivo contarles las propias experiencias.
Concluyendo, sería recomendable que los padres y madres recordaran su propia adolescencia, sus vivencias, para poder comprender esta etapa, que se paren a analizar que es frecuente que muchas personas no estén conformes con su edad, que seguramente tampoco estarán a gusto con la fase de la adultez en que se encuentren; es necesario aprender a sentirse feliz en y por cada momento de la vida por el que se atraviesa, destacando lo positivo. Hay que hablar más y mejor, no hay que temer al adolescente, sino respetarlo, pues tiene muchos valores positivos: sinceridad, generosidad, gran corazón, extrema sensibilidad que debe aprender a controlar.
Por nuestra parte, recogiendo algunos datos obtenidos de las lecturas del bloque, así como de las fuentes señaladas más arriba podemos decir que la adolescencia es una etapa de la vida que comienza con la pubescencia, cambios físicos que marcan las características de hombre o mujer. Estos cambios físicos son universales y se inician alrededor de los diez o doce años. Esta etapa también supone modificaciones psicológicas, es la transición entre la infancia y la vida adulta, lo cual difiere en las distintas culturas; en algunas, un rito de iniciación, la primera menstruación, o la primera caza marcan el fin de la niñez y comienzo de la adultez, omitiendo lo que nosotros y nosotras conocemos como adolescencia.
En nuestra sociedad actual, donde entrar en el mundo adulto supone tener un puesto de trabajo y emanciparse, la adolescencia es una fase larga, pues existe un alto índice de desempleo, apenas hay trabajo estable, lo que dificulta la inserción en el mercado laboral, con ello no se logra disponer de los recursos económicos suficientes para poder acceder a una vivienda, y en consecuencia, la emancipación se pospone de forma indefinida, hasta en muchas ocasiones en torno a los 30 años de edad. Lo cual dificulta la adquisición plena de la autonomía, se mantiene la dependencia hacia los padres, el individuo no tiene capacidad de subsistir por sí mismo –conseguir alimentos, cobijo, etc.-.
La adolescencia es un momento de crisis de identidad, si bien ya en la infancia un individuo toma consciencia de que es un ser único, diferente a los demás, al llegar a esta etapa esto se acentúa, debido a los cambios físicos, se desarrolla el pensamiento abstracto y el razonamiento moral, debiendo adoptar un sistema de valores propio; también se distancia de la familia, aunque esta no deja de ser gran influyente en el menor, el grupo de iguales pasa a tener mayor relevancia en la vida del joven; es, por tanto, un momento de cambios sociales, una etapa en la que debe tomar decisiones que ayudarán a pasar dicha crisis de identidad, y que marcarán su futuro desconocido: inserción en el mercado laboral o continuación en la formación académica –Formación Profesional o Bachillerato, “ciencias” o “letras”, etc.-. Esta toma de decisiones se ve afectada por nuestra sociedad de incertidumbre, la inseguridad que debe de producir el desconocimiento del propio futuro se puede ver acrecentada por el desconocimiento del futuro de la sociedad –¿a dónde nos llevarán los problemas medioambientales?, ¿acabará la crisis financiera?, ¿habrá trabajo?...-. Todo esto dificulta adquirir una identidad sólida, alargándose con ello la adolescencia.
En toda esta confusión el adolescente debe hacer pruebas, aproximarse a distintas facetas del mundo, lo que implica que sea una etapa de riesgo, que por la falta de responsabilidades propias del adulto, también se alarga durante la adultez emergente.
En conclusión, la adolescencia hoy en nuestra sociedad es un periodo de la vida donde se producen cambios físicos, psicológicos y sociales que guían para salir de la infancia y llegar a la adultez, con muchas trabas en el camino, alargándose este, debido a las circunstancias que acaecen en la actualidad que alejan a las personas de las funciones propias de la adultez.
¿Qué entiendes por identidad?, ¿qué cree que es la identidad? y ¿qué aspectos resaltas?
La identidad es un proceso de construcción a lo largo del ciclo vital:
Cuando un niño o niña se percata de que su cuerpo le pertenece, de que es un ser diferente, separado de otras personas y objetos, y de que es capaz de realizar acciones por su propia voluntad íntima, siendo poseedor de su autonomía y su deseo, el organismo biológico y cognitivo se convierten en un yo. Este yo se sabe diferente por la comparación que realiza con los demás, sin la existencia de estos, no existiría el yo, de lo que se desprende que en esta construcción de la identidad se desarrolla también un sentido de formar parte de un grupo de referencia con el que compararse.
A lo largo de la línea de la autonomía, el niño/a se hace cada vez más capaz de controlar sus impulsos, regular sus sentimientos y expresión de sus emociones, aprende a comportarse de acuerdo a las normas sociales, etc. A lo largo de la línea de pertenencia, mediante los procesos cognitivos y reflexivos, el niño/a se apropia no solo de sus acciones, sino también de sus percepciones, historias, etc., que se van convirtiendo en parte de lo que es. Todo esto conforma una especie de identidad.
Más adelante, se van sumando valores, ideales, autoconcepto, que van moldeando la personalidad del joven, logrando una organización progresiva del sentido de quién es uno, alrededor de lo que a la persona le importa y con lo que se compromete, por tanto, estableciendo un sentido del propósito, de una unidad interna y una continuidad en el tiempo y el espacio.
En definitiva, la identidad de una persona es la imagen estable y duradera de sí misma, formada por el sentido de pertenencia a una comunidad en la que la persona es única y diferente, con unos valores y autoconcepto propios. La identidad se va construyendo a lo largo de la vida y permite reconocerse a sí mismo como la misma persona recordándose en el pasado, viéndose en el presente e imaginándose en el futuro. Esta identidad estable puede ir modificándose a lo largo del tiempo, adaptándose a los nuevos parámetros que va marcando la evolución de la sociedad, para mantener el sentido de pertenencia, un autoconcepto aceptable, etc.
PARTE C:
Después de haber leído casi todas las definiciones de identidad que han expuesto nuestros compañeros en los blogs y haber comentado alguna de ellas. Lo primero que tenemos que darles es la enhorabuena por el gran trabajo realizado y nuestras más sinceras felicitaciones, ya que, son definiciones de gran calidad y sobre todo nos han hecho reflexionar sobre el tema.
Ahora, con todo lo leído vamos a proceder a reelaborar nuestra definición de identidad con los aspectos que consideramos más importantes.
Al haber leído las distintas reflexiones podemos decir que la identidad es que una persona se sienta uno mismo y que se sienta segura de su manera de actuar frente al resto de individuos, creemos que son dos características fundamentales en una definición de identidad y que estas dos características van a forjar a que el adolescente sea mas feliz.
Estamos de acuerdo que la identidad no se acaba en la etapa de la adolescencia, es una etapa muy importante para ir sabiendo quien eres y sobre todo preguntarse ¿Quién soy yo? La identidad la iremos madurando a base de experiencias y encuentros con personas que nos marquen y que nos tengan algo que decir de verdad.
Por eso decir que la identidad es la suma de nuestras experiencias, de nuestras actitudes ante los hechos y de nuestros actos. La identidad es como el alma, que todos tenemos una, pero cada una distinta de las demás.
Buscamos y encontramos una identidad para llegar a lo que todo hombre y mujer desea ser; ser feliz. Cuando encontramos una verdadera identidad, somos conscientes de ella, la hemos construido a nuestro parecer y hemos sido fiel a ella, encontramos en la vida una sensación de tranquilidad y de felicidad.
Por ello decimos que la identidad nos va a proporcionar ser felices y nos va promocionar ser uno mismo y no otra persona.
En busca de la identidad adolescente. Película A los trece
En esta película se puede ver claramente lo que hemos estado hablando en esta parte de la asignatura: la identidad. Observamos cómo la protagonista de la película, Tracy, tiene una falta de identidad total, que al juntarse con su “amiga” Evie piensa que empieza a destacar y a formarse su identidad, pero lo que realmente está ocurriendo es que está siendo utilizada.
La película trata temas como la familia, el instituto, los amigos… Podemos observar y ocurre con regularidad en nuestra sociedad, cómo una pandilla de “amigos” puede causar tantos problemas en un adolescente con los seres que realmente le importan, pero a esas edades no lo perciben. Por ello lo importante de crearse una identidad fuerte.
En el vídeo, se puede apreciar cómo Tracy, una joven, niña en un principio, pasa por una serie de estados y cambios que la convierten en una adolescente que quiere vivirlo todo. La ayuda para ese cambio, la encuentra en Evie, la chica más popular de la escuela, aunque realmente ella misma es el motivo y causa de esa transformación.
Tracy posee una historia de vida, como cualquier persona tiene: su madre, Mel, es una mujer separada, parece haber tenido problemas de consumo de alcohol u otras drogas y ahora ayuda a otras personas de su grupo de apoyo, lo que no parece ser del agrado de Tracy, con el pretexto de que el presupuesto familiar no es suficiente como para dar de comer a más personas; también entra en escena una pareja de Mel que ha debido de tener problemas de drogadicción, por lo que su aparición resulta dolorosa para la niña. En cuanto a su padre, ha formado una nueva familia, por lo que no parece que disponga de mucho tiempo para los hijos de su anterior relación. Todas estas cuestiones afectan a la adolescente en un difícil momento de su vida en que es especialmente vulnerable, llegando a autolesionarse.
El 80% de las personas que se automutilan en EEUU son chicas adolescentes agobiadas por emociones que no pueden controlar. Las autolesiones son actos violentos contra sí mismas que esconden otros problemas más graves, es en el medio hostil en el que se desenvuelven las adolescentes que aparecen estas automutilaciones. Las personas que se autolesionan tienen dificultades en sus relaciones, con carencias en sus habilidades sociales: las lesiones –cortes- son visibles, por lo que ocultan sus cuerpos, brazos, piernas; no confían en los demás, no se atreven a hablar con nadie.
Un número considerable de investigaciones señala que los actos delictivos, violentos, que podemos trasladar a las autolesiones, son causados por falta de autocontrol, que lleva a conductas impulsivas; estas muchachas necesitan de la “recompensa” inmediata que les proporciona autolesionarse, sin poder demorar la gratificación, aunque sea más apetecible, lo que está relacionado con una capacidad de solución de problemas desarrollada inadecuadamente. Este sentimiento de incapacidad también está relacionado con un sentimiento de autoeficacia pobre, degenerando en falta de motivación que puede introducir a las chicas en un círculo vicioso del que resulta muy difícil escapar.
Es por ello que, queriendo ser un miembro reconocido en su grupo de iguales, del que quiere sentirse parte, comienza a imitar a Evie. En primer lugar, se reconocen los grandes cambios en la socialización del adolescente. Empieza con una mayor independencia de la familia, que en este caso se traduce en las escapadas nocturnas de ambas. Mejor que en ningún sitio, se ve en la escena en la que Tracy insinúa a su madre que ni ella ni su amiga desean ser acompañadas el rato de compras, a pesar de que les ha hecho el favor de acercarlas en coche hacia la zona comercial.
En cuanto a las relaciones entre iguales, se puede ver cómo se convierten tanto en punto de referencia en la búsqueda de la identidad como principal apoyo afectivo. De hecho, en la película Tracy busca firmemente la amistad de Evie. Quiere compartir con ella su desarrollo afectivo y representar su misma identidad. Y no dudará en sufrir cierta humillación y cometer actos delictivos para ser aceptada por ella; en la necesidad de experimentar, a través de las mencionadas conductas impulsivas no le resulta difícil iniciarse en la comisión de estos actos, mantener relaciones sexuales de riesgo, etc. Se deja arrastrar hacia estas actuaciones con el fin de encontrar su lugar en ese nuevo mundo, obteniendo la aprobación de su modelo de conducta.
En todos los aspectos que ofrece la película, se aprecian muy bien las limitaciones cognitivas de los adolescentes.
El dejarse llevar por los “amigos” lo vemos perfectamente reflejado en el afán de ambas de tomar drogas y jugar juegos peligrosos sin temor a que ocurra nada. En la escena en la que se golpean tras hacer uso de drogas por inhalación, ninguna piensa que eso puede tener consecuencias, e incluso cuando una de ellas queda momentáneamente inconsciente, tampoco se ve en la “amiga” signos de arrepentimiento, o susto. Simplemente tratan de arreglarlo con un despropósito aún mayor: disfrazarse.
El egocentrismo, se aprecia en cualquiera de los actos que las dos adolescentes realizan durante la película, pero de forma muy notable en las relaciones que Tracy tiene con su madre. La aparentemente buena relación que mantiene con su madre, al inicio de la película, se deteriora en la medida en que Tracy se ve más absorbida por la situación en que se encuentra; la necesidad propia de la adolescencia de sentirse una persona independiente y autónoma, enfrentándose a la figura de autoridad de su madre, provoca, debido a la falta de autocontrol de la muchacha, que su agresividad hacia Mel se acreciente, al tiempo que Evie, por el contrario, trata de mantener con esta persona adulta una relación afectiva cuasi materno-filial de la que carece. Tracy comienza a considerar que nadie es capaz de entenderla y que solo ella tiene derecho a una extrema intimidad, a querer ser la mejor (las mejores ropas, el mejor estilo, el mejor novio...), siempre, por supuesto, bajo su perspectiva. Ambas chicas se sienten completamente observadas en cualquier lugar, pero además, su alto egocentrismo hace que si no sienten esto lo suficientemente, desean llamar la atención para conseguir ser observadas. Da lo mismo serlo por su aspecto exterior, por su rebeldía, por sus circunstancias personales o por su relación con otros iguales.
Como ya hemos comentado más arriba, otro aspecto muy claro dentro de la película es la gran función que tienen las amistades dentro de la vida del adolescente. Tal y como hemos visto, Evie, cumple perfectamente su puesto como punto de información, ayuda y apoyo a su amiga, el hecho de verse como un espejo entre ambas y el considerarse ambas como un pequeño microsistema donde no existe nadie más, pero lo que pasa en realidad es el gran daño que Evie está haciendo a Tracy.
Como conclusión decir que la película es muy buena para tratarla con adolescentes y ver esa falta de identidad entre los jóvenes de esta sociedad. En esta película se nos muestra la adolescencia desde una perspectiva negativa, la vulnerabilidad existente a esta edad, agudizada por las circunstancias personales y familiares que se nos plantean, la dificultad que supone el paso por esta etapa vital en nuestra sociedad, donde la aceptación por los iguales es prioritaria y se deben responder a los estereotipos marcados –roles de género, indumentaria, comportamiento…-. La inseguridad que hace necesitar tener una estabilidad en el hogar, pues, pese a los enfrentamientos con la autoridad adulta, la familia sigue teniendo gran importancia en esta etapa. Encontrarse con la multitud de posibilidades que ofrece la vida frente a la pequeña parcela que se conocía supone un deseo de descubrir y de experimentar, que puede implicar un riesgo. Por todo lo cual, lo importante es enseñarles a llevar un buen camino y a que estén llenos, que tengan razones y motivos para vivir una vida fundamentadas en valores de verdad, no en valores de colegueo, para que sigan un camino digno para que puedan ser felices.
Siempre es agradable encontrar algo de poesía, entre teorías y conceptos,gracias por incluirla.
ResponderEliminarRespecto a la definición que dais de identidad, encuentro cierta contradición, ya que por un lado la definis como una "imagen estable y duradera de sí misma", sin embargo a continuación hacéis referencia a que esa identidad estable puede ir modificándose a lo largo del tiempo adaptándose a los nuevos parámetros de la sociedad. Considero que, al menos, en el aspecto psicológico la identidad por lo general, es variable, puesto que dependiendo de la situación en la que nos encontremos, de nuestra edad, de la gente de la que estemos rodeada, esa identidad cambia o evoluciona. Aunque en cierto sentido puedo entender vuestra explicación si comparamos la identidad con el agua, que sigue siendo H2O, aunque se adapte a un envase nuevo, se evapore o se congele, es decir, aunque adoptemos diferentes formas de comportarnos, nuestra esencia sigue siendo la misma ¿podría ser algo similar vuestro concepto de identidad?
Sí es algo así como tu lo has interpretado, la identidad de la persona está más alla de los comabios que tendrán que darse en ella a lo largo de su vida, en este artículo nos referíamos a los que se producen en la adolescencia.
ResponderEliminarGracias por seguirnos ;)
Felicidades por este gran trabajo, no solo habéis leído los textos propios del modulo y reflexionado sobre ello sino que habéis ido más allá y buscado nuevas ideas que compartir con todos en el blog. De nuevo la claridad y grandes ideas concisas se presentan en esta práctica. Mucho animo con la parte C, D y E de este mimo bloque y recordar la carta al profesor del bloque 3.
ResponderEliminarUn saludo y FELIZ NAVIDAD!!
SARA
María, casi un mes después de tu pregunta te damos respuesta, y ya fuera del plazo de la asignatura, pero ahora que tenemos algo más de tiempo, te podremos dar una respuesta más correcta, aunque en definitiva es como tú lo has interpretado.
ResponderEliminarCasi se podría decir que la búsqueda de la identidad se produce a lo largo de todo la vida, ya que nuestra identidad se compone de múltiples características, que pueden ir cambiando con el tiempo, pero es en la adolescencia que esta búsqueda se produce con más fuerza. Esto ocurre así en varias facetas que conforman la identidad: una persona nace con un temperamento determinado y en función del ambiente que le rodee va moldeándose dando lugar a su carácter, el temperamento siempre será el mismo, esa esencia que dices, pero el carácter con el tiempo y en función de las circunstancias podrá ir cambiando.
El autoconcepto, como sabemos, es el conjunto de características que el individuo asocia a sí mismo, y al parecer se consolida en edad cercana a la adolescencia; esta imagen que el sujeto tiene de su persona, a lo largo del tiempo puede revalorizarse, dando lugar a diferente orden jerárquico o a modificaciones en algunas características, sin embargo, no todo cambiará, ni lo hará de pronto, se mantendrá la esencia.
En esta etapa es cuando hacemos una selección de los valores que se nos han inculcado conservando algunos de ellos como propios, desechando otros, y tomando nuevos valores, ordenándolos también por categorías y jerárquicamente; con el tiempo es posible que algunos valores que considerábamos primordiales como la amistad -tan importante en la adolescencia- se sitúen en un segundo plano dejando paso, por ejemplo, al amor de la familia.
Seguramente, si vuelves la vista atrás, buscando tu "yo-niña", podrás reconocerte como la misma persona, con una única identidad, aunque seas consciente de que con el tiempo has crecido, madurado, y evolucionado como persona. Esto se habrá producido de forma lenta, por lo que se puede afirmar que existe estabilidad, pero los cambios habrán tenido lugar y seguirán teniéndolo, por lo que también existe dinamismo. Esperamos haberte dado respuesta correctamente.
Gracias por vuestors comentarios. Un saludo.